Lo que sigue es una opinión personal en grado de tentativa. No culpo a una parte ni a otra de un resultado que ha decepcionado, pero abre grandes posibilidades. Intento ser constructivo, y pido indulgencia si alguien llega aquí y se siente molesto con alguna opinión.
0. Los votos no son de nadie: ni hay cinco millones de podemitas con camisetas, ni hay un millón de comunistas que IU ha puesto sobre la mesa o ha dejado en casa. Para bien o para mal (y creo que para bien de la salud pública) la sociedad no se parece a nosotros los que militamos en alguna organización política.
CAUSAS
1. En lo estratégico, hay que valorar la campaña conservadora, poco programática, con bandazos y muy centrada en el PSOE. Pero es que la campaña también ha estado muy condicionada por la gestión del resultado del 20D, con formas y con planteamientos políticos (como el énfasis puesto por Podemos en el modelo territorial) que marcaron un enorme desencanto del votante de Podemos y que no pudieron ser remontados completamente en una campaña donde no se produjo el desborde.
2. En lo generacional, en el eje «viejo/nuevo», la campaña no ha movilizado al voto joven que se había identificado previamente con Izquierda Unida o con Podemos. Al margen de que UP era objetivamente una candidatura joven, comparada con las candidatas y candidatos de otras formaciones, las puestas en escena no se parecían a las que ha vivido la generación del 15M. Entre ellas, la radicalidad democrática y la prioridad del programa.
Y AHORA, ?QUÉ?
a. Lo que hacemos. No podemos desviarnos de una estrategia de unidad popular, al primer golpe. Lo que debemos hacer es terminar de llenarla de contenido, para recuperar el desborde y la ilusión de anteriores victorias.
b. Lo que propiciemos. Superar la mecánica de coalición y avanzar en la consolidación de un bloque unitario que desborde las organizaciones. Esto se logra con una estrategia de unidad popular en lo institucional, en lo social y en la movilización y en la respuesta social a la crisis.
c. Lo que se puede esperar. Se puede esperar un gobierno breve y debil, en el marco de una reavivación de la movilización en respuesta a nuevas políticas regresivas. Todo esto queda en el interrogante, pero hay que prepararse para ello. Se ha caído por parte de algunas y algunos en la falsa dicotomía entre la movilización y la institución. No nos debemos refugiar en una o en otra, sino que debemos conectarlas. Esa conexión entre la gente organizada y la institución se llama poder popular, y es lo que ha faltado para un sorpasso.
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