Los jóvenes, educados en el neoliberalismo, no sólo necesitamos ideas sino también filósofos e ideólogos que nos guíen y nos enseñen a pensar. Un error común entre los ideólogos progresistas, de izquierdas, etc… consiste en creer que basta con el «pastoreo» sacerdotal, con la mera transmisión de las ideas correctas (políticas, sociales, económicas… incluso «dialécticas»), olvidándose de que lo importante está en enseñar a la gente a que descubra ideas «fuera del sistema» en que han sido educados. Por eso una formación intelectual progresista no debe ser transmisión libresca de ideas, sino que debe preparar condiciones para que la gente piense –algo que hoy día no se hace mucho, porque los ritmos del sistema te impiden parar a pensar. Y esto hay que hacerlo dando todas las herramientas teóricas disponibles, y animando a que la gente lo cuestione todo: su lugar en el mundo, la ideología ambiente, los conceptos sagrados de la economía o de la política, e incluso las supuestas «formas de resistencia» que por aquí y por allá se nos aparecen como contestatarias con todo, pero al mismo tiempo intolerantes con todo disenso respecto de ellas mismas. Como escribió Brecht: «Revisa la cuenta. Eres tú el que la paga».
Categorías: Política
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