El ASDA es la adaptación al momento actual de la línea política marcada en el XVIII Congreso del PCE.
Tras el XVIII Congreso, el Comité Federal elabora un informe político (febrero 2010) donde avanza ya que el gobierno de Zapatero no actuará ante la crisis por la vía de la inversión social, sino por medio de recortes y de una reforma laboral agresiva. Ante esta situación, nace la Alternativa Social Anticapitalista, que busca orientar una política de alianzas amplias en torno a una “salida social” a la crisis.
Tras el “golpe constitucional” de agosto de 2011, que establece la prioridad del pago de la deuda sobre cualquier otra inversión pública (incluida la inversión social), se decide avanzar en la concreción de esta línea política. Nace el ASDA, que terminará por ser aprobado en la Conferencia Política del PCE (de 23 junio de 2012).
A. EL “FIN DE CICLO” DEL CAPITALISMO INMOBILIARIO-FINANCIERO ESPAÑOL
El análisis del PCE se basa en la idea central de “fin de ciclo” del modelo socio-político e institucional heredado de la Transición. Este modelo es el llamado “capitalismo inmobiliario-financiero”.
El modelo del capitalismo inmobiliario-financiero, que reemplaza el “desarrollismo” franquista, significa la respuesta de la burguesía nacional a la crisis de los años 70:
- Abaratamiento de los costes del trabajo (para atraer la financiación extranjera).
- Internacionalización (España se inserta en la economía mundial tarde, mal y de manera dependiente).
La vieja oligarquía nacional, que vive de la renta agraria, evoluciona y se desarrolla al calor del boom de la construcción. Este boom inmobiliario se desarrolla en paralelo con la financiarización de la economía y el desarrollo de la especulación (la vivienda se convierte en un activo financiero). Se desarrolla entonces un bloque hegemónico, entre el capitalismo inmobiliario (nacional y dependiente) y el capitalismo financiero (internacionalizado y dominante).
A partir de la entrada de España en la Unión Europea, se nos impone una política de desindustrialización, con la especialización en turismo y construcción, y se nos sitúa en una dependencia del capital financiero extranjero (símbolo de esta relación es el Euro). Esta dependencia significa endeudamiento de las empresas y las familias, déficit comercial, y deuda pública para financiar (junto a la privatización) un “Estado del bienestar” sin base productiva suficiente para ser sostenible (“Estado del bienestar financiarizado”).
La crisis de la deuda va a dar al traste con este modelo, condenado al estancamiento y a la recesión. Y aquí es donde hablamos de “fin de ciclo”: la dependencia de la financiación externa impide el relanzamiento de la actividad económica dentro del marco jurídico-político de la transición. Esto es lo que lleva a la crisis del modelo, en varios aspectos:
- Crisis del Estado de las Autonomías (necesidad de un Estado centralizado que tome eficazmente las decisiones políticas en interés del bloque en el poder).
- Crisis del Estado de Derecho (necesidad de tomar decisiones que perjudican a la ciudadanía, por medios autoritarios).
- Crisis del Estado Social (abrir ámbitos que estaban fuera del mercado: privatización del sector público)
- Pérdida de soberanía (para realizar las transformaciones, el bloque en el poder se apoya en instituciones supranacionales como el BCE, FMI, CE sin ningún control democrático).
Ante esto, el PCE orienta su trabajo en un doble plano:
- En lo táctico, profundización del conflicto social. Frenar los programas de ajuste por medio de un gran ciclo de movilizaciones unitarias masivas y de carácter antineoliberal.
- En lo estratégico, avanzar en la superación del sistema heredero de la Transición, en un sentido anticapitalista.
B. LA ALTERNATIVA SOCIAL, DEMOCRÁTICA Y ANTICAPITALISTA
El ASDA trata las alianzas de clase que son necesarias para la superación de una serie de fases (caracterizadas cada una por una lucha central) que desembocan en el socialismo.
El Partido defiende que la lucha por el socialismo en España es consecuencia de un proceso de acumulación de fuerzas en torno al conflicto que en cada momento se dirija a superar el problema principal que afecta a la clase trabajadora.
[1] A corto plazo, el conflicto central en estos momentos es el que se establece entre una salida neoliberal a la crisis basada en el ajuste y los recortes, y una salida social basada en el derecho al trabajo, los derechos sociales, y la democracia participativa.
Esta fase requiere una política de alianzas sociales que conformen un Bloque Social Alternativo: conjunto de sectores sociales capaces de desarrollar las transformaciones necesarias para el logro de una salida social. Los sujetos políticos de este BSA son el movimiento obrero y el sindicalismo de clase (en especial CCOO), los movimientos sociales, e Izquierda Unida (donde la convergencia en torno a un programa mínimo antineoliberal se da a través de la Convocatoria Social)
En este marco de lucha y movilización contra los recortes, el PCE debe hacer un trabajo de orientación política para unir el rechazo a los ajustes con la necesidad de superación del marco político, económico e institucional que los ha generado.
[2] A medio plazo, el conflicto no sería ya entre la salida social o los recortes, sino entre el capitalismo inmobiliario-financiero y la alternativa social anticapitalista. La política de alianzas en esta fase sería resultado del proceso de acumulación de fuerzas en la fase anterior. Y el instrumento de convergencia en esta fase sería la exigencia de la asamblea constituyente, que contemple un modelo económico e institucional basado en el anticapitalismo, el federalismo y el republicanismo. Este modelo de democracia avanzada es lo que denominamos III República.
[3] A largo plazo, está la lucha por el socialismo. Se precisa un programa de transición que:
- En lo económico apueste una economía mixta planificada,
- En lo político se base en la democracia participativa,
- En cuanto a modelo de estado apueste por el modelo republicano.
C. LA POLÍTICA DE ALIANZAS DEL PCE: LA NUEVA «ALIANZA DE LAS FUERZAS DEL TRABAJO Y DE LA CULTURA»
Si el concepto de BSA hace referencia a los sujetos políticos, sociales y sindicales que luchan contra los recortes, la nueva Alianza de las Fuerzas del Trabajo y de la Cultura se refiere a las clases sociales centrales para la configuración de un bloque social al que le corresponde ser el motor de las transformaciones sociales y económicas contempladas en el ASDA.
La nueva AFTC comprende la clase obrera (visiblemente transformada, pero activa políticamente en las huelgas generales y las movilizaciones por el sector público), el nuevo asalariado urbano (sectores fundamentalmente del sector sevicios privado, muy formados pero con escasas expectativas laborales, que se está movilizando desde Bolonia hasta el 15-M), y los técnicos y profesionales asalariados (que realizan un trabajo no manual y no administrativo: trabajadores científicos, culturales o académicos, subordinados a la lógica de beneficio empresarial de la oligarquía rentista).
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